-“Esta bien, terminá lo que tengas que hacer, yo te espero afuera”-.
Fueron las palabras de complicidad que compartí con mi amiga a la salida del bar, caminé apenas unos pasos y llegue a la puerta de vidrio que separaba la inmensa ciudad (en silencio resonante y aterrador típico de un viernes en la noche), del interior de ese antro de mala muerte.
Al costado de la entrada (ya desde el exterior), había una pequeña barra que hizo las veces de soporte para lo poco que se salvo de esta persona que subscribe, allí me recosté y me puse a buscar en la cartera ese último cigarro de la sombra pronta a desaparecer.
Meditando aunque ya sin ánimos, pensando en el tiempo perdido últimamente y los bajones de esta retirada, de repente escuché una voz conocida, reconozco que al principio presté poca atención a sus diálogos, pues casi con certeza pensé que todavía estaría aturdida por el fuerte volumen de los parlantes, y no existía tal murmullo, sino que tan sólo era producto de la imaginación, (me jacto de ser fantasiosa), pero me aseguré de mi equivocación al verlo caminar hacia donde me encontraba, al continuo que le pedía a sus amigos un momento para saludarme.
Acá me hallan como sobredichas cantidad de veces, con el atenuante de que ahora si: ¡Era lo ideado, lo imaginado, lo querido!.
Después de un tiempo a la penumbra, por verme privada de la luz de tus ojos, (Dulce veneno que atormentó durante profusas vigilias a la idiotez que caracteriza a mi alma trastornada), volví a verte, cuestión del destino, casualidad ¿O qué?. Valla uno a saber algún día.
Lo importante: proseguiré con mi relato. Te aproximaste a las migajas que dejo este universo de mi, sonreíste, con la particular e inimitable mueca que te distingue, esa fue la clave para soltar en mi mente un sin fin de memorias. Recuerdo con exactitud tus palabras
-“¿Cómo andás, tanto pasó?”-, quizás los mismos vocablos nacidos de otra boca serian esos, pero tan sólo por ser tuyos para mi tienen disímil sentido y semejaron a:
-“buenas noches picardía, que raro toparme con usted en el fin de esta confusión”-. Las ideas que tenía se revelaron en mi contra, la planificación hecha tantas veces de este momento no sirvió de nada, me quedé casi muda y sólo atiné a decir:
-“Varios meses, desaparecidos ambos, era obvio que volveríamos a vernos en el instante menos pensado”-. ¡Lo sé1 miles de palabras adecuadas, y únicamente puedo reclamarte, ahora sabes el motivo, como no quejarme de la falta de comentario si eso es causa de mirarte.
Preguntaste -¿puedo sentarme?, respondí con un gesto que tomaste como un si.
Mientras te acomodabas yo terminaba de fumar, miré de reojo tu cara de asombro, y dije (al instante que tus compañeros de juerga te iban abandonando): - No fue lo único que cambió.- suspiré -Hablame de tu vida, ¿Dónde quedamos la última vez?-
- La verdad es que poco recuerdo de ese tiempo, no me culpes- indicaste – pasó hace rato ya, no quiero mirar atrás-
Cómo decirte, cómo explicarte que para mi pueden pasar siglos, eh incluso vidas, pero jamás dejaré de lado esos regalos que me dio la eventualidad, esos instantes quedarán grabados a fuego en mi pensamiento. Contigo fue la mejor de las noches, con la tormenta de fondo y tus silencios mas profundos, esos besos que no nos dimos y esa ultima mirada. Pero lo comprendo por desgracia y lo siento, yo para ti no fui nada de eso, sólo un fugaz soplo del viento.
Conversamos de varias cosas, muchas de ellas repetidas, otras sin sentido, creo que fue la revancha al ciclo que pasamos alejados. El sol salió cuando comenzaste a reír, y cada vez que lo hacías brillaba con mayor intensidad. Fui dejándome llevar, comenté cuanto te había extrañado, dijiste que con vos pasó igual. Cuando estuve a punto de abrazarte y despedirme con la seguridad de que por desdicha no te volvería a contemplar, ésta sería la última vez, no se repetiría jamás. Escuché un estruendo, y una mano sacudió mi hombro, abrí los ojos, que nunca creí haber cerrado y ahí estaba ella quien había dejado adentro, observándome admirada: me indagó
-¿Te quedaste dormida a la intemperie?-.
-Me parece que si, no comprendo ¿Cuánto tiempo pasó?-
- Poco, no ves, aún no asoma el día-
Es de no creer, fue el momento mas hermoso, la despedida pero simplemente te soñé.
Bueno sir: queda en usted adueñarse o no de mis sueños... como ya lo hizo con mi pensamiento.
Un beso en el alma a oscuras de este “beam of light”, que solo brilla si resplandece a costa de tu fuego.... I miss you “strange”, sólo pido un favor.... viví.
Lo mejor para vos!!!!
Beautiful life
call me please
